La música tradicional es un patrimonio inmaterial no menos valioso que el arquitectónico o el pictórico. En este artículo vamos a hablar de varias piezas musicales que forman parte de la tradición de Campillo y son parte de la vida de sus gentes: la música de la Pita de San Antón, los tres Mayos de Campillo para banda, el Ave María de la Virgen de La Loma y el Himno de Campillo. En 2004 formaron el programa interpretado por la banda Unión Musical de Campillo para clausurar las IV Jornadas de Patrimonio y Vida en La Manchuela, celebradas en Campillo.
La Música de la pita de la fiesta de San Antón
Hunde sus raíces en la tradición ancestral campillana. En las vísperas de la sanantonada se iba a esperar la pita por parte de la chiquillería del pueblo y por los familiares y amigos de los festeros de ese año, que se habían marchado al monte de caza como medio de obtener viandas para los días de la fiesta.
La pita en realidad es la dulzaina, que aquí en Campillo recibe ese nombre, y que se acompaña de un tambor. En este momento no hay músicos que toquen la dulzaina y para suplirla se recurre al clarinete. De esta manera se ha conseguido que estos sonidos brillantes, alegres y rápidos, no desaparezcan del acervo musical campillano gracias a la buena memoria de algunos músicos que la recordaban por haberla oído y tocado de jóvenes. Y gracias al empeño de la banda campillana Unión Musical que en muchos años se ha quedado con los cargos de San Antón, es decir, que organizan la fiesta de San Antón.
Los músicos de la pita recorren las calles de la población tocando esas músicas pimpantes para obtener donativos de la generosidad de sus paisanos; acompañan y bailan al santo barbudo en su procesión; dan las tres vueltas a la iglesia con los animales para pedir la protección de su santo patrón, amenizan la recogida de los cuatro “puñaos” de cañamones tostados, uno por cada cargo de la fiesta (la Bandera, el Bastón, el Husillo Grande y el Husillo Pequeño) y ponen el broche de oro de la celebración animando el recuerdo de antiguas danzas guerreras, de danzas de bastones o garrotes y de danzas a caballo que se han conservado en la sanantonada campillana.
Hace algunos años, la fiesta de san Antón de Campillo estuvo a punto de perderse, pero la iniciativa y el empeño de un grupo de personas lo impidieron. Ahora, con la puesta en valor de sus tonadas por parte de la Unión Musical de Campillo, el fantasma de su desaparición y la pérdida de un elemento importante de la tradición campillana están cada vez más lejos. Campillo ha sido -y es- un pueblo de músicos, llegando a contar por los años siguientes a la guerra civil con dos bandas de música; La Morronga y La Cosmética; de aquí salieron más de veinte acordeonistas que animaron los bailes del candil por todos los pueblos vecinos cuando la televisión aún no había ganado el protagonismo actual. En Campillo llegó a haber hasta media docena de teatros donde se representaban zarzuelas, operetas y se dejaban oír canzonetistas.
Mayos de Campillo
Tres de ellos fueron recuperados en 2004, también gracias al interés y al esfuerzo de la Unión Musical, y en especial de su director Juan Moreno. Son tres mayos para banda, de los cinco con que cuenta Campillo en la actualidad, cuya memoria se había perdido y que de nuevo pueden ser tocados y cantados al haberse encontrado sus partituras con la letra y música. Los mayos son canciones populares de primavera, alegres y festivas, que se cantan en la noche del 30 de abril al primero de mayo en honor de la Virgen, de los santos patronos, de la Trinidad, de la Santa Cruz, del alcalde y autoridades, de las mozas, etc.
Uno de ellos es el Mayo a la Cruz o Canción de los Mayos para ser cantada en Campillo de Alto Buey el día de la Cruz. Original para Banda por Pedro Parra Alberruche. Badajoz, 23-2-1918, según consta en la partitura original y firmada por el autor de su puño y letra. Se desconoce la vinculación de este músico extremeño con Campillo, al que sin duda se le debió encargar directamente la composición por el Ayuntamiento de Campillo o alguna persona relevante de la población; era el mayo de los casados.
Otro es “Aroma de rosa”, que en alguna partitura se llama «Aroma de flor», «mayo escrito expresamente para el pueblo de Campillo de Altobuey. Letra y música de José Viudes Sevila» como aparece en el guion musical. Este es un mayo a Nuestra Señora de La Loma, la Virgen patrona de Campillo de Altobuey, compuesto por José Viudes, músico alicantino del que se sabe que a principios del siglo XX era director de la banda de música de Ibi, con arreglos para veintitrés instrumentos musicales.
El tercer mayo también es obra de José Parra y fue compuesto para la agrupación musical el año 1918. La letra de alguno de estos mayos permite variaciones y con ellas la posibilidad de cantarlos no solo a la Virgen de La Loma, sino también a la Santísima Trinidad e incluso a las mozas campillanas, según conviniera.
Además de estos tres mayos para banda, Campillo ya contaba con otro dedicado a la Virgen de La Loma, recuperado y arreglado hace unos cuantos años por el que fuera párroco de la localidad Bernardino Buendía, y si tenemos en cuenta algunas partituras sueltas que han aparecido de un mayo dedicado al Santísimo Sacramento, tendremos el hecho insólito y curioso de que un pequeño pueblo como Campillo cuente con cinco mayos en su patrimonio musical y que viene a confirmar su tradicional interés por la música y ser conocido como el pueblo de los músicos.
Ave María de la Virgen de La Loma
Pieza que se utiliza para cantar el rosario en la procesión solemne con que se sube a la patrona de Campillo desde el convento agustino recoleto hasta la iglesia parroquial del pueblo el día de su fiesta mayor celebrada el 8 de septiembre. No se posee documentación que permita adjudicarle autoría, pero puede deberse al sacerdote y músico campillano D. Julio Navarro Briones, personaje curioso, compositor, organista de la catedral de Cuenca y director del Colegio de Infantillos.
Don Julio Navarro no solo había nacido en Campillo, sino que también fue párroco de su propio pueblo y aquí estaba destinado cuando el año 1924 fue coronada canónicamente la Virgen de La Loma por el obispo mártir D. Cruz Laplana Laguna, siendo la primera imagen de la provincia de Cuenca que recibía tal honor y distinción. Don Julio se encargó de preparar y recabar fondos con los que sufragar el suntuoso trono de plata donde colocar a la Virgen en tan señalado día y, cómo no, un buen músico como él no podía descuidar la parte musical de la ocasión, encargándose él mismo de componer un sentido y hermoso Ave María para cantarlo en honor de su Virgen patrona, una pieza para banda con un estilo musical alegre, colorista, muy popular, pero no exento de solemne majestuosidad.
Himno de Campillo
La letra se debe a Luis Real y Francisco Sarrió y cuya música es obra del que fuera director de la banda Angel Mazcuñán, quien logró una pieza de reminiscencias valencianas muy querida y sentida por todos los campillanos y aceptada de inmediato como una de sus señas de identidad.
Santiago Montoya Beleña
2004