Los gozos a la Virgen de la Loma

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(La imagen se corresponde a una simulación de Gozos a la Virgen de la Loma, ya que hasta la fecha no se conoce ningún ejemplar).

En el año 1896 se publicó un pequeño librito titulado Novena a Nuestra Señora de la Loma, Patrona de la Villa de Campillo de Altobuey y breve noticia de su maravillosa aparición y fundación del convento de su advocación, escrito por Don Gerardo González García.

El tal Don Gerardo fue cura regente de la villa y editó el novenario en Cuenca, en la Imprenta de la Viuda de Gómez e Hijo. Hasta no hace demasiados años, era habitual encontrarlo en muchas casas campillanas, pero la sencillez de la publicación, la mala calidad del papel y el inexorable paso del tiempo están conduciendo a la desaparición de los pocos ejemplares que quedan repartidos por el pueblo.

Sería deseable reimprimir este librito, que no debiera faltar en ningún hogar campillano, sea creyente o no lo sea, porque en él se incluye, además, una breve historia de la fundación del convento agustino en el último tercio del siglo XVII, cuyas noticias fueron sacadas de las “Décadas” que escribieron los cronistas agustinos recoletos.

También se incluyen en este opúsculo, y es lo que justifica la escritura de estas líneas, los Gozos a la Virgen de La Loma y de ellos vamos a comentar algunas cosas.

Los gozos son poesías que se dicen en loor de la Virgen María, de su hijo Jesucristo o de los santos. Estas composiciones poéticas se dividen en coplas y, después de cada una de ellas, se repite siempre un mismo estribillo, que en el caso de los gozos de la Virgen de la Loma es el siguiente:

De vuestros siervos cuidad,

de la Loma, Virgen Pura.

El gozo, la sana alegría y contento, es uno de los siete dones del Espíritu Santo que enumera San Pablo en la carta a los Gálatas y al que pone como efecto de la Caridad.

A lo largo de la historia del Campillo los gozos a la Virgen de la Loma han sido la manifestación de su alegría de tenerla por protectora y refugio ante la adversidad. El amor que el pueblo de Campillo le profesa ha generado estas coplas gozosas, que no sabemos si se cantaban o se recitaban o cuándo y cómo se hacía.

Los gozos, como manifestación de la piedad popular, se imprimían en hojas de papel, con una xilografía en la dedicatoria, y se enmarcaban con una o varias orlas, acompañadas o no de alguna alegoría, escudo, monograma, etc. Hechos para ser cantados a coro, con solos y acompañamiento instrumental en algunas ocasiones, suelen llevar al pie la música con su melodía y acompañamiento orquestal, extremo que no ocurre, lamentablemente, en los que nos han llegado de la Virgen de La Loma por obra del antiguo párroco Don Gerardo.

Como son canciones o poesías que se cantaban en las fiestas de la Virgen y de los santos, para darles mayor solemnidad y enjundia, podemos suponer que los de la Virgen de La Loma se cantarían. sobre todo, en sus fiestas del mes de Septiembre y novenario que le precede.

Los gozos, que ya se cantaban en el siglo XIII, especialmente en Valencia, Cataluña, Aragón, sur de Francia, Navarra, Baleares, etc.., resultan en la actualidad un documento histórico de gran valor para conocer y recuperar advocaciones y cultos olvidados ya de muchos santos; es decir, son una gran ayuda para reconstruir la religiosidad popular y lo que hoy se conoce como «historia de las mentalidades», así como para recuperar una manifestación de literatura poética, a veces cargada de una profunda impregnación mística.

En ocasiones los gozos servían de propaganda para extender la devoción de la imagen a la que se cantaban y del santuario o ermita que la albergaba, contribuyendo a la atracción en cadena de más romeros y peregrinos: hechos como este explican que la Cofradía de la Correa que existió en nuestro convento tuviera más de cinco mil cofrades extendidos por todas las provincias de la geografía nacional, Toledo, Madrid, Granada, Sevilla, Barcelona, Valencia, Burgos, etc.

Los antiguos gremios, que tenían sus santos patronos, también mandaban imprimir gozos para cantar sus alabanzas: los agricultores a San Isidro y San Galderico, los carreteros a San Antón, los médicos a San Cosme y San Damián, los carpinteros a San José, los impresores a San Juan Evangelista, etc.

En España existen notables colecciones de gozos, sobre todo en las ciudades del arco mediterráneo y, aunque su mérito literario generalmente no es muy elevado, son muy buscados por su valor como documento de una época; la mayor parte de ellos se escribieron en los siglos XVIII y XIX.

De los de Campillo, por su fecha de publicación conocida, podemos decir que son del siglo XIX. pero pudieran ser muy anteriores o que existieran otras coplas que no nos han llegado por haberse perdido. Tienen seis coplas y en ellas se alude al rezo del rosario, a las circunstancias de su aparición milagrosa y al convento que en su honor se construyó, a su protección especial sobre Campillo y la comarca de la Manchuela y, como no podía ser menos en una población agrícola que depende de los cultivos para sobrevivir, a su capacidad de transformar el fiero pedrisco, que todo lo destruye, en lluvia placentera que riega los sembrados.

A continuación, se incluyen los gozos de la Virgen de La Loma para conocimiento de todos, aunque quizás haya personas que ya los supieran. Mi intención, una vez más, es dar a conocer un pequeño retazo de nuestra historia, de la religiosidad popular de los campillanos, y rendir un homenaje de agradecimiento a aquel cura, Don Gerardo González García, al que se le ocurrió publicarlos, afortunadamente, y gracias al cual hoy día los podemos conocer y disfrutar.

En este mar de amargura

golfo inmenso de piedad,

de vuestros siervos cuidad,

de La Loma, Virgen pura.

A vuestro rosario santo,

debió la piedad cristiana.

que la arrogancia otomana

desmayase con espanto:

pues rezado con ternura

rinde a su temeridad,

de vuestros siervos cuidad,

de La Loma, Virgen pura.

En una caja encerrada

os halló la devoción,

dándoos más veneración

cuanto os notó más guardada

por tanta dicha y ventura,

tanta gracia y majestad,

de vuestros siervos cuidad,

de La Loma, Virgen pura.

Robada de un atrevido

a vuestra casa os volvisteis,

y como paloma fuisteis

en busca de vuestro nido;

ya que en mansión más segura

brillas con más claridad,

de vuestros siervos cuidad,

de La Loma, Virgen pura.

En la tempestad fiera

sabéis poderosa hacer,

que lo que piedra ha de ser

caiga en lluvia placentera:

siempre nuestro bien procura

vuestra ardiente caridad,

de vuestros siervos cuidad.

de La Loma, Virgen pura.

El Convento de Agustinos

por tener Madre tan pía.

de vuestra mano, María,

logró favores divinos:

de bienes a toda hartura

llenasteis la cristiandad.

de vuestros siervos cuidad,

de La Loma, Virgen pura.

Con su corazón sencillo

por Madre todos te aclaman,

y por patrona proclaman

de esta villa del Campillo:

por tan dichosa ventura

como otorga tu piedad,

de vuestros siervos cuidad,

de La Loma, Virgen pura.

Gracias a Isabel y Bienve Tinaut y su intensa relación familiar con la música, se recuperaron un par de estrofas pertenecientes a otros «gozos» en honor de la Virgen de la Loma que ellas cantaron como buenamente pudieron y supieron. Las incluimos aquí por si alguien puede añadir más versos o recuerdan su modo de cantarlas:

Siendo tesoro, tesoro precioso

de caridad y de consuelo,

rogad a Dios que desde el cielo

nos bendiga cariñoso,

aceptando con amor

las plegarias que afanoso

este pueblo, pueblo religioso,

os dirige, os dirige con fervor.

Este pueblo, pueblo religioso,

os dirige, os dirige con fervor.

Son unas estrofas muy valiosas, pero aún del todo insuficientes para cantar estos gozos en las misas de alba, según fue costumbre, y hay que seguir con la «Salve» popular de siempre.

De ahí la importancia de grabar la música y las canciones del pueblo para evitar su pérdida, porque son parte de nuestro patrimonio cultural. Lo mismo pasa con los cuentos, refranes, chascarrillos, oraciones, dichos, canciones, adivinanzas, plones, etc., etc., y todo aquello que hoy en día se conoce como patrimonio cultural inmaterial. Aún no hemos perdido la esperanza de que en Campillo aparezca algún papel de los «Gozos a la Virgen de la Loma» con los pentagramas musicales correspondientes impresos en la parte inferior de la hoja.

Aprovechando la ocasión, quisiera dar a conocer también una oración a la Virgen de la Loma que me fue recitada en Campillo y que me sirve de excusa para animar a la gente mayor a que hagan memoria, anoten y ayuden a que no se pierdan estas composiciones de poesía popular y tradicional que pertenecen al patrimonio inmaterial de los campillanos.

Virgen Santa de la Loma

En ti tengo la esperanza,

tu poder todo lo alcanza

por ser la Reina del Cielo

pues el salvar es tu anhelo

a quien en ti confía.

A ti acudo Madre mía

en demanda del perdón,

buscando la salvación

siendo tu mi estrella y guía.

Amén.

No estaría mal que, en Campillo, donde tantos poetas y poetisas surgen en la época previa a las fiestas para cantar las alabanzas de su Patrona, hubiera alguna o alguno que se dedicara a la composición de nuevos gozos, a los que se les podría acompañar de alguna melodía. Personalmente aporto mi pequeño grano de arena, que brindo a quien Io quiera retomar, mediante una estrofa que se me ocurrió un año cuando entraba la Virgen en la Iglesia, que dice así:

 

Un nudo se hace en la garganta,

¡Oh Señora y Madre Mia!

cuando en la iglesia el Ave María

todo el pueblo de Campillo canta.

Santiago Montoya Beleña.

Campillo, 1995

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